En ocasiones, y repasando las fotografías de un viaje, te encuentras algo que no esperabas, que no sabías que estaba allí, o siquiera que lo habías capturado, pues estamos pendientes más de nosotros y nuestra imagen que de aquello que nos rodea, o sucede a nuestro alrededor. esto mismo me paso con esta foto, de una selfie ―realizada en el centro de Marrakech durante un paseo por el centro, en la medina, en los alrededores del Paláis de Bahía― cuando repasando, y ya en mi casa, de la serie de algo más de 40 imágenes encontré lo inesperado: que lo interesante no era yo, lo que había buscado al hacer la foto; sino lo que acontecía detrás de mí y que sin querer, había capturado. Por supuesto, no sé de qué iba todo aquello, e imagino que de haberlo querido captar, todo habría cambiado. Así pues dejo a vuestra imaginación todos los supuestos, que en mi caso no han sido pocos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario