Para mí hay muy pocas cosas tan emocionantes como el ajetreo y el bullicio de que se da en una estación de autobuses, más aún en plena hora punta. Ahí es donde puedes echar un vistazo al pulso de una ciudad en pleno apogeo. Pero en Nicaragua, mi experiencia con los autobuses con la (UCA) iba a ser totalmente diferente a todo lo que conocía hasta el momento (TICA- Bus) y de línea en el Salvador. Y si, Nicaragua es aventura, pero la aventura comienza justo cuando tienes que encontrar el bus... el billete da lo mismo, no te preocupes... te lo venden ya dentro.
Había terminado de subir el Telica con Max, yo tenía que marchar de león a Managua de inmediato, pero mi billete de extensión con TICA bus no me era útil si quería llegar a tiempo a Masaya, para poder entrar por la tarde noche. Max se ofreció a llevarme a la estación. De modo que me puse en marcha, recogí todos mis bártulos, -ya hablare Luego de cuales eran mis bártulos-, y nos pusimos en camino. Nos dirigimos a toda prisa a la estación de de León. --"Si vas a moverte con por Nicaragua, hazlo en bus, algo que recomiendo"--. Finalmente, y después de dar no demasiadas vueltas de acá para allá en aquel caos ordenado, por fin, encontré mi transporte: una UCA, una furgoneta que se llena de gente, y cuando está llena, se va, sin horarios. Cuando se completa parte, eso si, no antes de que por la pequeña furgoneta aparezcan y, se metan a venderte, todo tipo de vendedores ambulantes: a colocarte sus churritos, auriculares, golosinas y demás fandangos, luego a toda pastilla y con la puerta abierta dando voces… a Mangua.. a Managua... y así recogiendo y dejando gente por el camino. Y yo comiendo churros...
Cuando llegue a Managua, y mientras intercambiaba buscando la UCA a Masaya, busque a una churrera... y harto de churros me fui a Masaya.
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