Si lo piensan, puede parece absurdo estar en un palacio Palacio de ISHAK PASHA del que se dice que es la última gran obra otomana en pie, y que nada más llegar,yo me sumerja directo hacia las Mazmorras, justo después de haber divisado el horizonte más extenso que vi jamás, abarcando la vista de Armenia, Irán y Turquía, desde los 5000m de altura, en un solo giro de vuelta. Luego, y esto es lo que pueda resultar más curioso, es que precisamente (esta foto) es la que mejor define la realidad observada.
Estamos los individuos tan poco habituados a observar (por nosotros mismos) los hechos y la realidad de una manera objetiva, que algunas afirmaciones aquí contenidas podrán sorprender a algunos. Sin embargo existe, además de una ciencia de las sociedades, igualmente la posibilidad de una observación individual (subjetiva) de esta (sociedad) y de la misma realidad, de la que cuando nos atrevemos a quitar el velo (habiendo esquivado aquellos prejuicios tradicionales) deberíamos poder esperar, que consista haciéndonos ver las cosas de un modo o ángulo (singular) y por tanto distinto al acostumbrado de cómo le aparece al ciudadanos de a pie, pero igualmente distinto al de los propios científicos (y de sus estudios). Luego toda observación, debe o tiene por objeto esclarecer/revelar: hacer descubrimientos, y todo descubrimiento cuando es tal "descubrimiento" suele desconcertar, en mayor o menor grado, tanto al observador, en mi caso, como (en el caso del lector) al que luego se le revela lo observado. Así pues, y en lo que respecta a la observación, en este caso es preciso que el observador se decida resueltamente a no dejarse intimidar (no lo hago), tampoco por aquellos resultados a los que le lleven sus exploraciones, si fueron conducidas libres de prejuicios: luego, además, nada mejor que la experiencia (en este caso de lo pasado), como aquello que nos afectó de un determinado hecho /suceso, después de conocido el resultado de su desarrollo, y se revela a [Posteriori, o literalmente: a partir de lo sucedido.
En el ámbito de la filosofía, a posteriori, se emplea para referirse al conocimiento inductivo, esto es, al que se adquiere a partir de la experiencia, y forma de razonamiento en que la verdad de las premisas apoyan la conclusión, ascendiendo de los efectos a sus causas: El conocimiento puede ser a priori o a posteriori. El primero (a priori) es el que no funda su validez en la experiencia (en este conocimiento a priori reconocemos en Kant); el segundo, a posteriori, es el que se deriva de ella: de la experiencia: y refiero a esta la fuente de mi conocimiento: pues no entiendo otro saber, sino el saber de la experiencia. En general, a posteriori, significa 'con posterioridad a un hecho o una circunstancia determinados (lo conocemos por consecuencias), y se opone, radicalmente a un conocimiento a (→ a priori) antes de conocer sus consecuencias. Luego, si buscar la paradoja es propio de un sofista, esquivarla, cuando los hechos la imponen es propio de un espíritu sin coraje ni fe en sí mismo.
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